Creados para cumplir con diferentes actividades destinadas a la conservación de los documentos que por sus características son de importancia y relevancia para la sociedad o para las Instituciones, este tipo de archivo está constituido principalmente por información de carácter evidencial, testimonial e informativa, la cual es denominada así por la teoría del ciclo vital del documento y que por su importancia cultural, son de utilidad para los estudiosos, paleógrafos, historiadores, usuarios e interesados en general. Este archivo básicamente fundamenta su organización en lo que conocemos como principio de procedencia y respeto al orden original, de esta forma los vestigios del pasado son retomados para acercarse a lo que transcurrió en el tiempo y así reconstruir la historia de la humanidad.
La constitución de un archivo histórico surge a consecuencia del archivo de concentración, ya que a partir de una selección, nacen las unidades que se convertirán en los fondos documentales de los Archivos Históricos compuestos por documentos que se encuentran en la tercera edad dentro del ciclo vital del documento y que previamente han sido evaluados por el Archivo de Concentración; a través de una valoración documental que determina el carácter histórico, esto requiere tiempo, no podemos pensar que un documento administrativo pueda ser histórico, ya que los períodos de tiempo son predeterminados por la misma Entidad o individuo productor, el momento de esta transición debe ser definitivamente en la aplicación de la valoración documental particularizada para cada documento.
La documentación valorada para constituir un Archivo Histórico, se puede adquirir de diferentes formas, la más común es la transferencia documental secundaria, realizada por el Archivo de Concentración, compuesta por documentos producidos por una unidad orgánica Institucional o personal y a través de la compra de documentos a coleccionistas o donaciones, esto siempre por un interés especial para la investigación.
Relacionadas con los archivos, “existen dos actividades o manifestaciones humanas constantes como formas esenciales de la estructura concreta y cultural, que son estables en sus principios básicos y cambiables de acuerdo al desarrollo político, cultural, económico, social e ideológico: ellas son la administración y la historia; de interés inmediato la primera; cultural, cognitivo la segunda. Son dos elementos que nos explican la formación y consistencia de los archivos; el primero como factor creativo de la archivalía y formativo de los archivos; el segundo, como factor de su persistencia a través de los siglos debido al interés que despierta en los hombres el pasado humano”[1]
En efecto, la conformación del Archivo Histórico, ya sea de una institución Pública o Privada es necesaria, porque los documentos son la memoria de todo proceso de crecimiento y aprendizaje de cualquier Institución o persona; por tal motivo, la conservación de esta información, es determinante para que futuras generaciones a través de las técnicas y procesos archivísticos aplicados a estos centros de información, conozcan la administración que se dio en diferentes épocas.
Acerca de la integración o composición de un Archivo Histórico la autora Georgina Flores Padilla, nos menciona que en estos archivos “se conservan testimonios documentales generados por diversas Entidades o personalidades; el archivista debe proteger esa memoria social destinada a la construcción y preservación de la identidad nacional”[2]
El autor Cruz Mundet, menciona que la conformación de un Archivo Histórico, está integrado por “documentación seleccionada por su valor informativo, histórico y cultural, se conserva a perpetuidad, en condiciones que garanticen su integridad y transmisión a las generaciones futuras, por cuánto constituye parte del patrimonio histórico de las naciones y, por ende, de la humanidad.”sic[3]
Tenemos entonces que el Archivo Histórico, es el encargado de la organización, descripción, conservación y difusión del acervo documental transferido o adquirido que cuenta con valores documentales secundarios, a fin de garantizar su utilidad social como fuente primaria de información dando elementos ineludibles que sustentan investigaciones.
[1] TANODI, Aurelio. Manual de la archivología hispanoamericana. Córdoba : Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Filosofía y Humanidades, Escuela de archiveros. 1961. p. 60